lunes, 28 de julio de 2014

Que rápido pasan 100 años

¿Qué se puede escribir sobre la primera guerra mundial? Más bien la pregunta llega a ser sobre lo que no se puede escribir sobre ella.

 La primera guerra mundial, iniciada un día como soy, un 28 de julio de 1914 es un tema que encuentro realmente fascinante por las múltiples razones que fueron su causa, las otras más sobre sus efectos en el siglo XX pero sobre todo, por el gran elemento trágico que su recuerdo trae.

 La llamada "Gran Guerra" no tiene elementos fácilmente explotados por Hollywood, aquí no hay un caricaturesco dictador maligno que extermina gente, tampoco grandes desembarcos en playas dominadas por metralletas en las cuales un grupo carismático de soldados estadounidenses salen adelante a pesar de todo. Y mucho menos hay una Unión Soviética victoriosa que impone su voluntad a Europa del este.

 No, la "última de las guerras" parece más un chiste farsico, una broma cósmica ocurrida a una generación de personas que veían la primera gran guerra industrial, a unos 100 años de empezar los drásticos cambios que trajo la revolución industrial a los países de Europa. La primera guerra donde todos los recursos humanos, materiales e industriales eran volcados en un conflicto bélico con un fin...

 Pero... ¿Qué fin? A veces no me parece ver un fin en todas esas acciones militares, batallas y combates. Austria-Hungría inicia declarándole la guerra a Serbia a quién responsabiliza por financiar al grupo terrorista "Mano Negra" por el asesinato del heredero al imperio. Este ataque a Serbia es seguido por una declaración de guerra de Rusia a Austria-Hungría para defender al país Eslavo, lo cual desencadena la declaración de guerra de la Alemania Imperial a Rusia y a su aliada Francia (y de camino, invadir Bélgica porque ¿por qué no?), lo cual hace que Inglaterra le declare la Guerra a Alemania y a Austria-Hungría...

Oh, por supuesto, los líderes tienen un fin claro. Austria-Hungría quiere anexar a Serbia a su imperio, Alemania quiere eliminar la amenaza que representa Rusia, mientras estos y Francia desean controlar el crecimiento Alemán. Pero la duda persiste para el soldado y la pregunta sigue sin respuesta, ¿para qué estoy peleando?

 Una magnifica muestra de ello aparece en "Sin Novedad en el Frente" de Erich Maria Remarque, donde el personaje de Tjaden le hace a sus compañeros, jovenes e inteligentes estudiantes, sobre el porque existen las guerras. "Es porque un país ofende a otro" le dicen, ¿Qué acaso una montaña de Francia insulto a un río alemán? pregunta despues, "No" le responden "la ofensa es entre las personas", "pero yo no me siento ofendido por nadie" remata Tjaden "¿significa que me puedo ir a casa?"