En la segunda guerra mundial, el B-29 se convirtió en un icono de "superioridad" tecnológica aliada sobre sus contra partes del eje.
Este modelo de bombardero, llamado "Super fortaleza" (Superfortress) contaba con innovaciones únicas para su momento. Entre sus monerías estaba la capacidad de tener su cabina presurizada (no le afectaba la presión del aire a su alrededor), los pilotos contaban con aire acondicionado, un sistema anti-incendios electrónico y hasta con metralletas dirigidas a control remoto. Tan avanzado resultaba ser para sus tiempos que incluso siguió siendo una aeronave de batalla por 15 años más, participando en la Guerra de Corea, siendo exportada a otros países y hasta ser copiada por la Unión Soviética.
Bockscar fue el nombre de uno de estos aparatitos. Ensamblado en Bellevue, Nebraska, tuvo su participación en la segunda guerra mundial bombardeando ciudades japonesas con bombas incendiarias en tres misiones distintas antes de cumplir con su misión histórica.
Y es que, como pudieron haberlo intuido con la imagen que acompaña esta entrada, El Bockscar fue la aeronabe que transporto y solto la bomba "Fat Man", que destruyo a la ciudad de Nagasaki, Japón.
Nagasaki no es tan recordada como Hiroshima, y es muy probablemente porque no fue la primera ciudad en ser bombardeada con "el arma ultra moderna", sino también porque de hecho, tal vez ni siquiera debió ser bombardeada.
Y no me refiero a cuanto la ética de utilizar la bomba, lo cuál sería suficiente para llenar esta entrada y varios libros más, sino que su historia resulta trágica e incluso llegaría a ser funesta si no se tratara de uno de los actos de guerra más traumáticos en la historia humana.
Resulta que una vez desarrollada la bomba y autorizado su uso en la guerra, fueron 5 las ciudades japonesas candidatas a ser su blanco. En primer lugar estaba Hiroshima, puerto de embargue, centro industrial y centro de comando de una unidad industrial, en segundo se encontraba Yokohama, centro urbano y manufacterero por excelencia, luego vendría Kokura, donde se fabricaban municiones, despues estaba Niigata, puerto industrial y con industrias de aluminio y acero, y finalmente Kyoto, capital espíritual de Japón, además de centro manufacturero y capital de facto del país durante varios siglos antes del shogunato de Tokugawa.
Como notarán, Nagasaki ni siquiera estaba contemplada en estas cinco ciudades, de hecho ya había sido bombardeada con bombas incendiarias, lo que casi la debería de haber dejado fuera de la lista de candidatos.
Sin embargo, un viaje de bodas condenaría la ciudad a muerte.
En julio de 1893, cuando las relaciones entre Japón y EUA eran más amigables, un tal Henry L. Stimson contrajo nupcias con Mabel Wellington White, y en su viaje de bodas decidieron visitar la exótica y desconocida tierra del Japón, en específico la ciudad de Kyoto.
La visita impacto a Stimson y lo dejó con una gran impresión y respeto por la antigua capital japonesa.
Ahora, el viaje no hubiera tenido nada de interesante, sino fuese porque 50 años después, Henry Stimson era el secretario de guerra del presidente Roosvelt, justo durante la segunda guerra mundial.
Cuando Stimson se enteró que uno de los objetivos para el uso de la bomba (de la cual él era un gran partidario en usar) era la ciudad de Kyoto, movio cielo, mar y tierra para evitar su destrucción, a pesar de ser un gran objetivo debido a su escaso bombardeo previo y por ser un centro industrial tan importante.
Por lo tanto, se resolvió por remover a Kyoto de la lista de las 5 ciudades candidatas, y se asigno a Nagasaki como opción.
Aún así, cuando a las 3:49 de la mañana del 9 de agosto de 1945 Bockscar se elevo para llevar a cabo su misión, su objetivo no era Nagasaki, era Kokura.
Pero una vez más el destino intervendría.
A la misión se le sumarían dos naves de observación, "The Great Artiste" y "The Big Stink". La primera no tuvo problemas en reunirse con el Bockscar, pero la segunda nunca logro hacer la reunión con las otras dos aeronaves. El mayor Chalres W. Sweeney, comandante del Bockscar, espero 30 minutos a The Big Stink sobre Yakushima sin que esta apareciera, hasta que decidieron enfilarse a Kokura.
Este tiempo de espera resulto la diferencia entre ser bombardeada o no, pues en ese corto lapso de tiempo, gruesas nubes taparon la visibilidad a la ciudad, además que humo del bombardeo a la ciudad vecina de Yahata y la quema nitencional de carbón hicieron que el 70% de superficie de Kokura fuese imposible de observar. Se decidió entonces por cambiar el objetivo a Nagasaki.
Aún así, la suerte parecía favorecer a Nagasaki. Horas antes del despegue del Bockscar una inspección a la aeronave descubrió que el tanque de combustible auxiliar de la aeronave se encontraba dañado, y no podría ser posible utilizar el combustible. Peor aún, reemplazarlo llevaría varias horas por lo que la aeronave tendría que transportar todo ese combustible extra sin que lo pudiera utilizar. Tampoco era opción mover la bomba a otro avión, pues también llevaría varias horas hacerlo al tener que ser modificado un B-29 para llevar la misión. Se decidió usar al Bockscar de todas maneras, pues si no se realizaba ese día el bombardeo, no habría buen clima para misión durante muchos días.
Por lo tanto, cuando el Bockscar enfiló a Nagasaki, la tripulación sabía que tendrían poco tiempo para realizar la misión una vez ahí. Incluso llegaron a plantear la opción de tirar la bomba en el mar en el caso de quedarse con poco combustible para el regreso.
Finalmente llegaron a Nagasaki, y de nuevo, la suerte parecía sonreirle a la ciudad, cuando de nuevo se enfrentaron con nubosidad que les impedía observar a la ciudad. Realizaron dos intentos para tirar la bomba, ambos sin poder ser exitosos. Pero al tercer intento, una abertura se abrió entre las nubes...
47 segundos después, una media esfera de 9.5 cm de diametro, 2.5 cm de espesor y 6.5 kilogramos de plutonio desencadenaría una explosión de 22 kilotones de TNT sobre una cancha de tenis.
El último bombardeo atómico a una población civil hasta la fecha.
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